jueves, 11 de marzo de 2010

LA SUMA DE TODOS MIS MIEDOS

Me siento minúsculo. Tomarle la mano a este enorme miedo de perder a los que quiero me amputa la sonrisa del rostro. Lo peor es que me neutraliza. Estoy acostumbrado a poner los puños de frente a todo lo que me agrede... pero este dolor tiene los puños más grandes que yo. Ni todos los David con sus ondas podrían abatir a este gigantesco monstruo que no puedo combatir porque por más que me reviso los bolsillos, estoy vacío de poderes cósmicos que cambien el curso de las cosas. Quisera decir (o creer) que me sobrepondré a esto, pero este sismo me parte en dos. Ya no soy el de antes, ni el de ahora, soy un fragmento de persona que necesita pedacitos de buenas noticias para volver a armarse. Ni devoto ciego ni creyente ortodoxo, mi humilde oración se eleva hoy a los cielos como una cometa en busca de que no la parta el viento, mientras un enorme signo de interrogación tiñe las calles de mi amado CHILE.

2 comentarios:

Pao dijo...

Siento lo que sientes a través de tus palabras... Esas grandes situaciones nos recuerdan justamente lo pequeños e indefensos que somos y por qué debemos aprovechar cada momento vivido. Un fuerte abrazo para sobrellevar todo lo vivido en estos días desde Chile!!

Anónimo dijo...

Justamente es en estos momentos cuándo se debe uno acercar más a las personas que le demuestran aprecio y pagarles igual, porque ante la naturaleza sólo esas personas nos quedan, nuestros familiares y aquellos que aunque no son familia nos demuestran tanto amor, incluso a veces más que la misma familia...