martes, 10 de noviembre de 2009

YES, I M BACK


No sé en que momento este personaje nació en mi mente o más bien fuí yo quien se le apareció a el al otro lado del espejo una mañana de jueves, mientras se afeitaba pensando en como pagar esa cuenta de la tarjeta de crédito. Lo que sé llévamos juntos más de cinco años y créanme, el tiempo es la única cosa que hace que uno extrañe hasta la urticaria.

Por eso cuando el forense me llamó, tuve que sentarme y servirme un vaso de vino. Una copa no hubiera sido suficiente para calmar esa sensación de agujero negro que emanaba de mi estómago y absorvía toda la habitación, dejándome una sensación de mareo y remolino en la cabeza.

Admitámoslo. Jamás creí que el iba a vivir para siempre. Ya me había mentalizado para reconocerlo a los sesenta años en un rigor mortis detrás de una sábana blanca con "tienda de campaña" incluída. Ya hasta había pensado en las palabras de consuelo para la joven de veintiuno que lloraría desconsolada al lado suyo. Y en la "coartada" que le diría a su amante esposa de cincuenta.

Pero no, el destino se me adelanto con una jugarreta y tuve que ir a reconocerlo a la morgue ese mismo día. Cuando llegué, el forense observaba impávido un capítulo de FRIENDS mientras devoraba un sanguche de pavo sobre el cadáver. Al verme solo atinó a decir:

- ¿Ustedes eran gemelos? -

Con un gesto mecánico de negación le contesté desde el sótano de mi persona:

- No. Éramos la misma persona -

Los que ven CSI saben cual es la rutina que sigue: reconocer al muerto, firmar unos papeles, jurar venganza, buscar al culpable. Para ser sincero, la parte de la venganza la dejé fechada como un "para nunca". Sabía muy bien quién lo hizo y porqué lo hizo. Y aunque de cierta forma me lo merecía, tampoco era para tanto. Hay gente que se toma muy en serio las pequeñas traiciones de una relación "libre de amantes". Tan en serio como veinte disparos por la espalda.

- Eso pasa cuando te confías Plaga.... sobretodo... si se trata de una mujer - le dije mientras apuntaba con el dedo a su cabeza y hacía el gesto de dispararle "imaginariamente" por la cabeza.

El siguiente paso era la huída. Conseguí un pasaporte falso hacia el olvido bajo el nombre de Jango de Marte. Me puse un parche en un ojo para no mirar el sentimiento. Me dejé crecer el candado para no ser reconocido por las autoridades (amigas de la "ofendida" ) que habían puesto precio a mis dos cabezas. Y como en un escena del viejo oeste, desaparecí en un horizonte en llamas.

De ese fatídico día a ahora, ha pasado más de un mes. Todavía hay gente que me pregunta por LaPlagadel76. Todavía sigio respondiendo lo mismo : - Se fué para no volver -. Bueno eso era hasta ayer que al mirarme al espejo apareció un POST IT que decía y sentenciaba:

-Volví-








No hay comentarios: