Sueño con el galope lento de las nubes. Ellas arrastran su paso de tortuga sobre mí para cobijarme entre algodones de tiempo infinito. Afuera el mundo corre y se desgasta. Pero yo sigo eterno expandiéndome como una línea sobre el horizonte. La Tierra gira y se repite. Yo me sueño una y otra vez para nunca hundirme en el presente. Para evitar las arenas movedizas del "qué vendrá", cruzo a nado la frontera del umbral del hombre que soy a mitad de carrera y contemplo, allá lejos en la meta, aquello que nunca seré....
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